lunes, 6 de junio de 2016

LA EVOLUCIÓN DE LA INTELIGENCIA Y LA SELECCIÓN “DESBOCADA”

En el recomendable blog La nueva ilustración evolucionista aparece una entrada donde Pitiklinov comenta una nueva hipótesis para explicar el extraordinario incremento de la inteligencia en nuestra especie. Los autores Steven Piantadosi y Celeste Kidd proponen que la crianza de la descendencia fue el principal factor que desencadenó una inteligencia desproporcionada para las necesidades de supervivencia de nuestros antepasados. Según estos autores se produjo lo que se denomina selección desbocada, que funciona del siguiente modo;
Los humanos nacen en un estado muy inmaduro para que puedan pasar por el canal del parto, lo cual lleva a que la inversión parental sea muy alta y muy exigente; los padres necesitarían de una gran inteligencia para llevar adelante la crianza, que a su vez conduce a un mayor tamaño cerebral, que implicaría una mayor inmadurez en el momento del parto, que de nuevo conduce a mayor inversión parental, y así sucesivamente. En otras palabras, una mayor inmadurez en el parto favoreció una mayor inteligencia en adultos, que a su vez implicaba mayor inmadurez en los neonatos que precisaban un cerebro mayor, cerrando así un circulo virtuoso. Los autores aportan también una correlación entre el tiempo de destete y la inteligencia en diferentes especies de primates estudiados.

Por cierto, este esfuerzo para la crianza de bebés inmaduros favorecería unos fuertes vínculos entre la pareja y entre los padres y los hijos. El amor entre parejas y el amor materno-filial estarían en este caso anclados en lo más profundo de nuestra naturaleza.

Esta hipótesis no tiene porqué ser incompatible con la existencia de otros factores que interactuaron para favorecer la explosión de inteligencia que se produjo hace unos millones de años y que nos distanció de otros primates. La necesidad de crear grupos sociales para mejorar la caza y la defensa de los depredadores, la selección sexual, las posibilidades tecnológicas que ofrecían las manos libres y prensiles, el aumento del tiempo de crianza, todos estos factores pudieron, junto a otros,  actuar conjuntamente para favorecer un cerebro sofisticado que les dotaba de una gran inteligencia. Y en todos ellos se pudo dar este efecto de selección “desbocada” o en “cascada” que gracias a la retroalimentación positiva que se produce, puede explicar los impresionantes logros que se han producido en nuestra historia evolutiva.

Para el lector interesado, les dejo algunas entradas de este blog que abordan este tema:



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