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martes, 27 de febrero de 2018

PADRES

A partir de cierta edad, llega el definitivo fin de la inocencia con nuestro enfrentamiento con la muerte, con la certeza de que tu tiempo es limitado y que estás rodeado de una soledad absoluta. Si tienes hijos, la misión más importante consiste en mantener una estructura emocional y moral que les permita crecer con fortaleza y seguridad. Desde tu hueca zona de confort debes ocultar tus miedos y tus flaquezas para que sus risas y sus abrazos no sean contaminados. Aguantar y resistir cada día aunque no te guste lo que veas por ahí fuera constituye un autentico acto de valentía. 
Disfrutar de su calma cuando se duermen a tu lado sabiendo que no les fallarás constituye el objetivo final de cada día. En ellos proyectas tus esperanzas y confías en que prolonguen tu memoria. 
Ser un buen padre es el principal imperativo moral ante el que debes inclinarte. 
Esa es tu única misión cuando ya sabes que todo el pescado está vendido.

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