La genial
intuición de Darwin sobre la evolución por selección natural constituye una
elegante y sencilla explicación de la diversidad de seres vivos que habitan en
nuestro planeta. Esta idea se puede formular de forma compacta y clara en estos
tres puntos:
n Existen muchas diferencias entre
las características de los seres vivos de una población, y buena parte de esta variabilidad es heredable.
n Como nacen más organismos de los que pueden sobrevivir se produce una lucha por la existencia donde unas
variaciones son más útiles que otras para prosperar y reproducirse.
n
Aquellas variaciones más útiles y
mejor adaptadas a su entorno se propagarán entre la población mientras que las
más perjudiciales se eliminarán. A esto se le denomina selección natural y genera una progresiva mejora en el diseño de las
estructuras de los seres vivos.
Este proceso
(algoritmo) es el núcleo central de la teoría darwinista para explicar el
origen de las especies y la diversidad de la vida, pero también constituye una poderosa
herramienta cognitiva para entender
otros fenómenos, no solo del mundo viviente.
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