Se pueden haber dicho muchas cosas interesantes sobre la naturaleza humana con anterioridad a la teoría evolucionista, pero siempre faltó el marco teórico apropiado para comprender la esencia del asunto. Este marco es la teoría darwiniana de la selección natural. Dobzhansky sentenció con acierto que nada tiene sentido en biología excepto bajo el prisma de la evolución. Pues bien , yo creo que se puede ampliar diciendo que nada tiene sentido en psicología que sea contrario al marco de la teoría de la evolución. El principal interés de la idea darwiniana es que el hombre es un animal más, que está hecho de la misma sustancia que los demás seres vivos y ha aparecido tras muchos millones de años de aventura evolutiva. Entender al ser humano es entender sus orígenes y la verdadera revolución darwiniana consiste en comprender que no solo sus atributos físicos sino también los mentales y comportamentales se originaron como respuesta a presiones selectivas de supervivencia.
Si el dualismo está completamente descartado por las abrumadoras evidencias aportadas por las neurociencias, si nuestro cerebro no es más que un montón de neuronas como dijo Crick, deberemos abordar la cuestión clave: No existe el libre albedrío que supone que un ente misterioso en forma de alma inmaterial rige nuestras decisiones. No existe un fantasma en el interior del cerebro que gobierne y dirija nuestras pasiones, entre otras cosas porque vulneraria el primer principio de la termodinámica.
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