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jueves, 23 de febrero de 2023

CALMA

 Por las mañanas me despierto despacio, abro los ojos suavemente, como un animal, y escucho el leve rumor de las olas. El resto es silencio, solo silencio. Ya no vivo en una ciudad. Tampoco las ciudades son como antes, que tenían el aroma de los sueños. Y yo, yo tampoco soy el de antes.

Queremos ser cruciales para la gran familia humana, lograr el status que te permitirá la conquista anhelada, que te hará dominar tu entorno y ocupar el lugar privilegiado para el que has sido elegido. Vivimos pendientes de la opinión ajena, siempre reclamando su atención, como una flor hace con el sol. Pero llega el día en que te das cuenta en que eres uno más, un pedazo de carne en la gran cadena evolutiva, un soma intrascendente del reino animal que, durante un tiempo se creía especial. Al final nada importa. El universo no necesita a nadie. Una vez superadas tus pasiones más salvajes, solo te queda aceptar que la mejor forma de participar en esta carrera de relevos es evitar el miedo y el dolor. Desde ahí buscar la belleza en la verdad, en la serenidad, en la calma

martes, 14 de febrero de 2023

FRAGMENTOS

La vida está hecha de fragmentos. La perspectiva de los años te permite fragmentar la vida, recordar paraísos imaginados, ilusiones inocentes, viajes soñados. De nada te servirá lamentar  cómo todo se te ha escurrido entre los dedos 


No hemos nacido con el derecho a tener nada. Hemos sido sacados a la intemperie de la naturaleza sin ninguna garantía, ningún permiso ni seguridad. Ninguna justicia divina. Hay que abrirse el paso con las instrucciones de la lotería genética heredada y con  los instrumentos que te hayas construido, pero has de tener suerte con los obstáculos y los compañeros de viaje que te encuentres en tu camino. 


Para qué tanto despilfarro, este diluvio de luchas y sueños, estas pérdidas. Solo al final buscarás el sosiego, solo. Para qué una conciencia que te haga ver el fracaso. Para qué la ansiedad ante el poder del tiempo. ¿Que necesidad tenía la naturaleza de ir más allá de ser ciego como un topo, lento como una tortuga o duro como un puma? ¿Que necesidad tenía la materia de buscar la sensibilidad y después la conciencia?¿Porqué no se quedó en algo inmóvil como un pino o irreflexivo como un cangrejo?¿Simplemente así fue? ¿Dónde está la ventaja del gran cerebro si la derrota es segura?


No hay una vida completa. Solo fragmentos. Y un final. 

miércoles, 1 de febrero de 2023

SOLEDAD INFRANQUEABLE

 Mis hijos son mi cosecha, mis sueños renovados soltados a la intemperie. Son un manantial del que brota una vida más lúcida, más plena que la mía. Verán el esplendor de nuevos horizontes, irán un paso más allá y contemplarán la cima; con la cara adornada por el triunfo se asombrarán ante un futuro que yo no veré. 

No hay tranquilidad como este sosiego, esta calma de la luz del mar, este brillo limpio en un día apacible de invierno solitario, de playa fuera de temporada.

He llegado a una edad en la que me siento más joven que las arrugas que veo en mis fotografías. Me resisto a que mi cerebro empiece a degenerar y a encogerse, a que no encuentre la palabra justa, pero sé que llegará el momento en que la esperanza parpadee y el abismo se presente con toda su crudeza ante mi rostro. 

El único sentido de la vida es esta continua renovación de las ilusiones inocentes, adolescentes, del torbellino de pasiones que buscan extraer orden del caos y contemplar un amanecer como si el sol saliera con el propósito de saludarte.


No hay felicidad como ese  entusiasmo con el que se afronta un buen fin de semana con la emoción justa con la que nos ha preparado la evolución para que la vida prospere y se apodere de la materia. 


Mientras, un rayo de sol diagonal cruza mi habitación para combatir el frío. Y me recuerda que hay que intentar evitar el conflicto y agarrarse a la amabilidad, a la lealtad, a la serenidad. Y me invita a buscar la belleza para conquistar mi nuevo territorio, mi espacio de soledad infranqueable