¡QUÉ BELLO ES VIVIR¡. Frank Capra
Cada año, durante las fechas navideñas las pantallas de televisión se inundan de películas en las que se intenta destacar el espíritu bondadoso que pueda albergar el alma humana. Ninguna de ellas puede compararse, ni de lejos, con este maravilloso cuento navideño que Frank Capra dirigió en 1946.
Algunos podrán ver una cursi propaganda americana para creyentes, pero a mí me parece algo tan sencillo como la nostalgia por los milagros de los no creyentes.
Esta fábula optimista no cuenta como son las cosas sino como deberían ser. Puede ser que derroche un buenismo que poco tiene que ver con la realidad humana y haga falta un ángel necesitado de alas para que el bien triunfe.
James Stewart está sencillamente impagable llenando la pantalla de sensibilidad y humanidad; Donna Reed, muy guapa y en estado de gracia angelical constituye su pareja perfecta. Ambos representan a los héroes anónimos que intentan sobrevivir sin egoísmos y con una vida que acaba siendo muy importante para las personas que le rodean.
No puedo destacar una escena. Existen muchos momentos en los que las lágrimas empujan hacia fuera hasta llegar a la apoteósica explosión de emociones de la escena final. Recuerden algunas…
Cuando el joven Bailey evita que el boticario para el que trabaja envenene a un niño accidentalmente, y mientras llora le jura lealtad a pesar de ser abofeteado.
Cuando en la crisis del 29, una señora le pide al banco solo 17.50 dolares en señal de agradecimiento hacia Bailey que acaba de sacrificar su luna de miel….
Cada vez que el pomo de la escalera se suelta…
Cuando en la crisis del 29, una señora le pide al banco solo 17.50 dolares en señal de agradecimiento hacia Bailey que acaba de sacrificar su luna de miel….
Cada vez que el pomo de la escalera se suelta…
Los pétalos en el bolsillo...
Aunque ya la habrán visto, les aconsejo una nueva visión del film, y dedicar un momento de su vida a empaparse de buenos sentimientos y del buen llorar. Se llora de gozo porque se inyecta ánimo y aliento a los desanimados y desesperados.
No sé si cualquier tiempo pasado fue mejor en otras facetas culturales, pero tengo la sensación de que el cine,.. el cine ya no es lo que era. Así que, ojala durante muchas más navidades, las cadenas televisivas nos acerquen este milagro de ¡Qué bello es vivir¡
La he visto y llorado muchas, muchas veces. Esta tarde la he vuelto a ver, y a llorar.
Feliz Navidad.
Me gusta mucho los comentarios que has hecho de esta pelicula. A mi también es de las que mas me gustan y mas me han hecho llorar. Felicidades por tu blog. la parte de cine me gusta mucho.
ResponderEliminarHola, Miquel. Vengo aquí desde otro enlace. No sé qué decirte de la entrada. Que me parece que podría firmarla yo (con otro estilo). De hecho tengo alguna entrada sobre la película y también he recordado viéndola esos momentos que mencionas (los 17.50, por ejemplo).
ResponderEliminarUn saludo y ¡Feliz Navidad!
Gracias por tu comentario, David. Un saludo.
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