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viernes, 5 de diciembre de 2014

FRACASO


Desde los inicios de la filosofía, todas las preguntas giran alrededor de una: ¿qué es el hombre y cuál es su relación con el mundo? En las respuestas era habitual colocarlo en un lugar privilegiado que lo distinguía de los demás animales y lo conectaban con los dioses para ganar un lugar más allá del espacio y el tiempo que le tocó vivir.

La verdadera revolución darwiniana acercó al hombre a los demás animales y lo desnudó. La mente es su mejor arma en su lucha por la existencia, pero no le procura un pasaporte especial hacia la eternidad. Desprovisto de alma y atado a unas emociones que le sirven para sobrevivir y tener eficacia reproductiva no le queda otra que esperar en soledad hasta que el planeta estalle. No tiene otra salida que no sea sufrir y pelear guiado por la implacable lógica de la selección natural. Cualquier otro final pertenece al reino de los milagros. El panorama que dibuja el futuro de las ciencias no pasa por contemplar un ser humano con una mente especial y libre que lo separe de su carne. Por más que los robots inteligentes llenen el planeta del futuro, nuestros cerebros están cableados para resistir en un ambiente prehistórico, y hasta ahora no le ha ido mal: ahí está la explosión demográfica. Pero puede morir de éxito.
Aunque se ha dado cuenta de que el tiempo todo lo allana, continua replicándose ciegamente para intentar vencerle. Ésta es su función. Éste es su destino. Éste es su sentido. Ése es su fracaso.



1 comentario:

  1. Muy buena entrada, Miquel.

    "Aunque se ha dado cuenta de que el tiempo todo lo allana, continua replicándose ciegamente para intentar vencerle. Ésta es su función. Éste es su destino. Éste es su sentido. Ése es su fracaso."

    Así es. Y es que no se me ocurre nada que añadir. Es simplemente así.

    Un abrazo, amigo.

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