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lunes, 10 de agosto de 2020

LÁGRIMAS DE AGOSTO






Este año las lágrimas de agosto van a ser más abundantes que otros años. También las de San Lorenzo. También las lágrimas víricas que se esconden detrás de las mascarillas de este agosto enfermo.

Vuelvo, como cada año, a los mismos lugares donde contemplaba el espectáculo de las estrellas fugaces de mediados de agosto. Ya no es el mismo cielo Ya no están las esperanzas. Ya no están los deseos o las promesas. Lo que pudo haber sido y no fue. Ya no hay lugar para la inocencia. Ni siquiera para el futuro.

Agosto es un mes intenso, y puedes disfrutar con todos los sentidos de algunos días redondos y completos en estas playas mediterráneas si hay un oleaje en calma. Puedes exponerte al sol como un reptil y notar su fuego lejano. Sus atardeceres, largos y salados tienen todavía un sabor rojo a yodo marino, pero,  como en la alegría de un pre-jubilado, se intuye que la senda ya va en descenso. Despojado de tus sueños, la realidad te envuelve y sabes que solo puedes perder. Nunca fueron igual los viajes de ida que los de vuelta.

Por esto agosto es un mes muy emocionante, muy sentimental y de lágrima fácil, consciente de la liquidez del tiempo. Por esto, cada día, y con la música como compañera de paseo, dejo que fluya la memoria, que la emoción lo envuelva todo, que broten las lágrimas. No diré más.


1 comentario:

  1. Me gusta como escribes, aunque me gustaría que las entradas fueran un poco más largas. Un saludo

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