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lunes, 7 de marzo de 2016

REPRODUCCIÓN SEXUAL Y MUERTE

La muerte no es consustancial a la vida, sino a la reproducción sexual.  Durante más de 2500 millones de años, la vida fue un proceso bioquímico cuya forma de perpetuarse en el tiempo era mediante una división celular en la cual una célula se transforma en dos células hijas idénticas, recién formadas e igual de recién nacidas. Aunque algunas de ellas desaparezcan, no tiene sentido hablar de muerte alguna, como no hablamos de muerte cuando un animal pierde una parte de su cuerpo.
Hace unos 1000 millones de años surge un nuevo modo de conquistar el espacio y el tiempo; algunos organismos se han vuelto pluricelulares y complejos y en ellos se ha especializado un grupo de células germinales responsables de transmitir los genes a la siguiente generación. Dos de estas células, de distinto sexo, estarán condenadas a buscarse y a entenderse, se fusionarán y continuarán en el teatro de la vida. El resto del organismo, formado por las células somáticas, tiene la única función de asegurar la misión de las células germinales o gametos. Una gallina es la estructura que un huevo aprovecha para originar otros huevos. La estrategia triunfó porque permitió a los seres vivos tener dos copias de cada gen y una diversidad que los hacía resistir en ambientes cambiantes; ofrecía a estos seres pluricelulares una variedad de mecanismos que resultaron útiles en la lucha por la supervivencia. Pero el cuerpo, auténtico vehículo de las células germinales, no tiene ninguna importancia en el sentido evolutivo y puesto que es costoso su mantenimiento metabólico, si no ha sido destruido por una presa, degenera y muere cuando ha pasado un tiempo prudente en el cual se supone que ya ha cumplido su cometido.
No creo que esta cuestión les importe a los pinos, mosquitos o ratones, pero los humanos han sido capaces de captar su fugacidad en este mundo y no aceptan el truco de la vida, no encajan con agrado su finitud. Su extraordinaria complejidad neuronal les proporcionó una conciencia y durante muchas generaciones, ha sido la mejor arma para dominar todos los ecosistemas donde se ha instalado, pero también les ha ocasionado grandes dosis de angustia y sufrimiento. Por eso el hombre busca a Dios, o lo rechaza cuando se enfada porque no encuentra consuelo ante tanta soledad. Usa su cerebro para encontrar la lógica de lo viviente y la armonía de los mundos, pero la muerte continua pareciéndole injusta y no se conforma con el sinsentido de su existencia. Su papel como mero intermediario de instrucciones genéticas hacia el futuro, como un simple transportador de paquetes de genes de su especie no es fácil de asimilar. Diseminar por el espacio y por el tiempo un mensaje bioquímico que está oculto en el interior de las células germinales, ésta es la estrategia que usan todos los organismos con reproducción sexual que habitan en este planeta que danza por un universo totalmente indiferente.
Durante el tiempo finito que dispone, el humano busca las más variadas formas de entretenimiento para controlar sus miedos, se intenta organizar socialmente como puede, persigue refugios donde abrazarse con seguridad y ternura a un compañero de viaje y abusa como un gran experto en el arte del autoengaño inventando toda clase de ficciones para aplacar su vacío y creerse libre y especial. Pero aunque su cerebro proporcione una extraordinaria flexibilidad donde caben excepciones para todos los gustos, nuestra condición animal grita desde el fondo de nuestras células.

Por eso, la mayoría de los conflictos humanos derivan de nuestro papel como guardianes de nuestros gametos y de la desesperación que supone entender que nuestro tiempo está tasado. Nuestras pasiones sexuales y nuestra insignificancia frente a la muerte. De ahí que Woody Allen, gran experto en el uso del lenguaje, acertó en su frase, “en el fondo, todos estamos detrás de la chica y con miedo a morirnos”, que ya cité en mi entrada sobre la selección sexual y que pueden leer aquí.

4 comentarios:

  1. Me gustan tus pensamientos, es la verdad que muchos ignoramos pero sabemos que es así.

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  2. La muerte, como dices, es evidentemente un proceso natural con funciones y "finalidades" naturales. De eso no me cabe duda. Pero la cuestión realmente importante, lo que hace absurda la vida ¡subjetiva! humana es la falta de una finalidad para el humano. Es decir; que lo grotesco es precisamente conocer como sujetos pensantes este significado natural de la muerte (y la vida), y comprobar que no tienen nada que ver con nosotros como personas (sino que todo se reduce a genes, moléculas, y en resumen: a leyes físicas espontáneas).

    La muerte, la vida y ese eterno ciclo que llevan de la una a otra mediante la reproducción, no persiguen ningún fin digamos "racional" que realmente nos incumba a nosotros, por lo que finalmente podemos ver que en realidad somos utilizados en este sentido (como simples marionetas). Y es más, este teatrillo que TODOS nos vemos obligados instintivamente a soportar; es además duro, cruel y lleno de necesidad y sufrimiento...¡y encima la ciencia nos enseña que tanto dolor no servirá para nada "humanamente" relevante! Es absurdo.

    Un saludo, amigo.

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  3. Incluso esta opinión, como este post, ha sido elaborado por una mente. Es una perspectiva más, aunque la respaldemos con razones y argumentos igualmente elaboradas por otras mentes. La ciencia nos proporciona un modelo que decidimos, o no, seguir. Al igual que hacemos con religiones y culturas. Perdón por la obviedad.

    Mi pequeña aportación: Que "algo" suceda paralelamente no implica que sea la razón de "otro algo". Que sean los bits los que se transmiten por la red no implica que el objetivo de ésta sea la transmisión de dichos bits, aunque probablemente lo sea. Lo mismo puede aplicarse a las células, a la escritura... otra creencia más ;)

    Creo que estamos en el camino de saber y con cada paso aumenta la frontera de la incertidumbre. Que no debe preocuparnos reconocer que no sabemos y desde ahí, construir sin miedo a desechar. La muerte es uno de los mejores ejemplos.

    Las funciones, procesos y objetivos pueden cambiarse y redefinirse. Me encanta la frase de "la única constante es el cambio" ¿Cuál es la razón que nos lleva a pensar que existe una única forma de entender la vida? Seguro que es algo que puede ser redefinido mientras recorremos el camino de la vida como especie.

    Probablemente somos insignificantes en cualquier otro universo distinto al nuestro interior, íncluso en ese también. Pero eso no tiene por qué alejarnos de lo que creemos/pensamos/sentimos/hacemos ya que, al final, cualquier otra alternativa será una perspectiva más.

    Gracias por compartir tus pensamientos.

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  4. Me parece que al hablar de autoengaño, estás considerándote dueño de una verdad absoluta; y, a lo mejor, lo que tú llamas "autoengaño" es la auténtica verdad y el autoengañado eres tú. Quién sabe.

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