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martes, 22 de mayo de 2012

Toro salvaje. Cavalleria Rusticana

El Intermezzo de la ópera de Pietro Mascagni "Cavalleria Rusticana" fue utilizado de manera magistral por Coppola en la parte final de "El Padrino III". Ya dejé escrita mi impresión aquí.
También Martin Scorsesse optó por este fragmento para los títulos de crédito iniciales de su " Toro Salvaje", la biografía del boxeador Jake la Motta interpretada de forma impecable y entregada por Robert de Niro. Es uno de esos momentos de cine en que uno se descubre asombrado y con la seguridad de que está delante de una genialidad. No necesita explicaciones, simplemente, se disfruta. De eso se trata, ¿no?.
Supongo que ya han visto esta gran película, pero pueden maravillarse de nuevo viendo la mágica unión de imágenes y música en su escena inicial.

Sin palabras.




lunes, 21 de mayo de 2012

destino

Creado el Universo y diseminado el fuego estelar junto al que danzan los planetas, avanza la Historia sujeta a un Orden que desconoce su Fin. Originada la Vida que atrapa cada mejora, es impulsada a resistir al Tiempo.

Océanos llenos de vida con grandes y duros competidores; dotados de armas y estrategias ingeniosas que buscan conquistar nuevos espacios y colores.

Criaturas pequeñas corren despavoridas huyendo de la tormenta que baja de las montañas. Enormes dragones que gritan su hambre atroz. Explosiones de gris del cielo que traerán nuevas luchas.

Savia que riega cada rama y cada hoja. Sangre que fluye en cada arteria animal. Leche que nutre de sentimiento el tejido vital.

Un Mono desnudo se alzó entre las bestias, levantó la vista y lloró enternecido ante la inmensidad que vio ante sus ojos. Se emocionó al comprobar su belleza y su juventud.
Se entusiasmó ante la felicidad que le producía cada descubrimiento, cada idea, cada paso. La vida y la muerte se escriben a medida que este curioso animal se abre camino en busca de lo eterno.

Nace el Artista que delinea los contornos del espacio y el tiempo. Aparece la Razón que atrapa la sustancia de lo natural. Cerebros que buscan sobrevivir con la Verdad y huir del sufrimiento.  Los imperios nacen y perecen. Se funde la naturaleza y la cultura. Se confunde la gloria y la perdición. Las pasiones arrebatan la voluntad. Se inventa la libertad. Florecen jardines en tiempos de luz, y tinieblas en tiempos de oscuridad. El amor. El horror.

Todo bajo la inconmensurable mirada de la armonía del Cosmos y su inquebrantable cadena de leyes.

 Todo atado al implacable Destino.




sábado, 12 de mayo de 2012

La naranja mecánica.

A finales de la década de los setenta, muchos españoles salían fascinados de las salas de cine donde se proyectaba  La naranja mecánica (A Clockwork Orange) (1971) del director Stanley Kubrick. El polémico y deslumbrante film estuvo prohibido en Gran Bretaña durante 30 años a propuesta del propio director ante las amenazas que recibió y ante la aparición de algunas pandillas que intentaban emular las fechorías de su protagonista.
Nos adentramos en el mundo de Alex, un joven ultra violento y amante de la música de Beethoven, que dedica sus noches a dar rienda suelta a sus impulsos de sexo y violencia. En una indeterminada futura sociedad británica, se divierte junto a sus amigos con todo tipo de conductas antisociales, pero al ser traicionado por éstos, es detenido por la policía tras cometer un asesinato. En la cárcel, convertido en el recluso 6655321, acepta ser sometido a terapias conductistas que modifiquen su conducta y le puedan devolver a la sociedad. La técnica -llamada en el film “Ludovico”- consiste en un condicionamiento clásico (Paulov) que impide al protagonista realizar cualquier conducta violenta o sexual.
El film estaba basado en una novela del mismo título que escribió Anthony Burguess en 1962. El autor  justificó el título de esta manera: “He querido que signifique la aplicación de una moralidad mecanicista a un organismo vivo que rezuma jugo y dulzura”
Tanto en el film como en  la novela, el tema fundamental es la preocupación de que las ciencias de la conducta imperantes en la época y una moral materialista puedan robar el libre albedrío al ser humano.  El punto central es la pesadilla que puede suponer para la dignidad humana el control total del ser humano por parte del exterior.  Se suponía que si es la educación lo que hace al hombre, el conductismo, que dominaba la psicología de la segunda mitad del siglo XX, podría penetrar en los entresijos del comportamiento humano. Posteriormente las obras de ciencia-ficción se interesarían por el control del ser humano desde dentro, desde su naturaleza genética.
A esta reprogramación del antihéroe se opone el sacerdote de la cárcel que duda que la bondad pueda proceder de una técnica científica. Les dejo con algunas de sus palabras.
 “la bondad es algo que se elige. Cuando un hombre no puede elegir, deja de ser hombre”….”  ¿Qué quiere Dios? ¿Quiere Dios la bondad o la elección de la bondad? ¿Acaso un hombre que elige lo malo es de alguna manera mejor que un hombre al que se le impone la bondad? Preguntas profundas y difíciles, pequeño 6655321”.
¿Por qué somos como somos? Ésta es la cuestión.