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martes, 23 de julio de 2013

CITA DE SCHOPENHAUER


Con permiso de Samu voy a extraer de su blog ”Que vida esta” esta cita de Schopenhauer que aparece en su entrada “El absurdo”.  De un pesimismo duro y contundente. No me atrevo a añadir ni una palabra más.

 "Querer es esencialmente sufrir, y como vivir es querer, toda vida es por esencia dolor. Cuanto más elevado es el ser, más sufre... La vida del hombre no es más que una lucha por la existencia, con la certidumbre de resultar vencido. La vida es una cacería incesante, donde los seres, unas veces cazadores y otras, cazados, se disputan las piltrafas de una horrible presa. Es una historia natural del dolor, que se resume así: querer sin motivo, sufrir siempre, luchar de continuo, y después morir... Y así sucesivamente por los siglos, de los siglos hasta que nuestro planeta se haga trizas".

miércoles, 17 de julio de 2013

CUALQUIER DÍA DE MEDIADOS DE JULIO


(Como he hablado de la felicidad en mis últimas entradas y estamos en estas fechas, he decidido colgar un breve texto que escribí a principios de los 90 sobre aquellos días en que los veranos eran interminables en estas playas del Mediterráneo)
 
 

Puede haber días más elegantes o más finos que estos días del mes de julio, pero es difícil imaginárselos, si salen buenos, más completos y extensos. 

Un sol redondo detrás del mar en calma anuncia a primeras horas de la mañana un espléndido saludo a un día de primera clase. El aire está limpio y la naturaleza mantiene toda su armonía  El sol aún no ha cuajado y una suave brisa te puede acariciar la piel si tienes la suerte de pasear por una de estas tranquilas playas mediterráneas. 

Un agradable almuerzo  y leer el periódico en cualquier sombra pueden ser disfrutados sin ninguna velocidad, mientras se acerca el mediodía. Ya en la playa, el sol escampa todo su poder por tu carne pero un baño diluirá su energía mientras conversaciones sobre lo cotidiano te alejan de cualquier tragedia. 

Un buen plato de paella, o de arroz al horno supone un auténtico deleite en cualquier terraza; hay buen apetito tras el baño y los sentidos están todos abiertos de par en par. Como no es un artículo gastronómico no hablaré, aunque lo merezca, del melón, que por estos días y en estas zonas están en todo su esplendor y plenitud. La sobremesa puede ir acompañada de una partida de cartas, yo prefiero el truc, pero puede sustituirse por una relajante siesta. 

A media tarde puede ser momento para otra visita a la playa. Puedes escuchar  buena música, leer una apasionante novela o disfrutar de una agradable compañía. Puedes perder la noción del tiempo con unos juegos en el agua; el  momento ha sido creado para la dicha y todos los poros de la sensibilidad estás preparados para recibirla. Arena, sol, mar y TÚ. Es muy difícil que la tristeza se siente a tu lado. 

El sol se vuelve rojizo y se marcha a iluminar otras partes del mundo, para volver a salir mañana con idéntica majestuosidad. Si eres un niño puedes jugar al fútbol hasta que los mosquitos hagan acto de presencia o tu madre te obligue a dar una ducha para cenar. Si ya lo fuiste, puedes pasear en bicicleta, o hacer ejercicios físicos más intensos pero no menos placenteros. Mientras, una maravillosa luz perfumada te permitirá recuperar viejos aromas que creías olvidados. 

Una enorme ducha te relaja, te refresca y tu cuerpo sabe que todo funciona bien, y que el día aún está lejos de terminar. Estás preparado para una deliciosa cena, compartida con gente querida. 

Después un helado y un breve paseo que te conducirá a olores salados a yodo marino que te recuerdan viejos barcos y puertos donde iniciaste lejanos viajes soñados. 

La temperatura aquí parece la inventada por la evolución para que el hombre celebre la naturaleza. Una sensación de bienestar se apodera de tu interior mientras las cigarras cantan y algún búho grita desde su vuelo. Largas tertulias con las estrellas adornando el cielo te llevarán por divertidas y ocurrentes conversaciones hasta altas horas de la madrugada, esto depende de tus obligaciones al día siguiente;  en cualquier caso merece la pena pasar un poco de sueño y apreciar lo que vale la pena estar vivo, y la enorme pena que es morir.  

Si comprendes que estos días están tasados y que no duran siempre;  si no andas distraído en otras prisas y caprichos, entonces entenderás que estos días, perfectos y baratos, son un regalo de la confitería divina y que DIOS no necesita más argumentos para expresarse. Solo cabe que el AZAR te obsequie con algún extra que sea una explosión de vida y de fiesta para todos tus sentidos, y que ya no olvidarás. 

Y...espera a que mañana una nueva luz llegue hasta tu cama.

 

FELICIDAD (II)


Dolor, miedo y conciencia de la muerte son los tres componentes de la infelicidad que propuso el profesor Jordi Agustí en unas conferencias realizadas en Tarragona en octubre de 2010 organizadas por Tercera Cultura. Creo que analizar estos factores desde una perspectiva evolucionista es la mejor manera de acercarse a entender el concepto de felicidad.
Para cualquier animal, el primer componente de la felicidad es la ausencia de dolor. El programa genético con el que nacen les impulsa a mantener el medio interno dentro de un intervalo óptimo para mantener sus estructuras en el tiempo y perpetuar así, sus genes. Cualquier alteración del equilibrio homeostático interno generará dolor del cual todo cerebro intenta huir, de la misma manera que cualquier intervalo óptimo del medio interno será asumido por el organismo como un estado placentero.
Además, algunos animales son capaces de anticipar situaciones futuras, apareciendo la sensación de miedo cuando se previenen sensaciones de dolor, es decir, futuros ataques que amenacen el bienestar o la supervivencia. Por tanto, la ausencia de miedo sería el segundo componente de la felicidad.
En el caso de los humanos, el máximo miedo se corresponde con la conciencia de la muerte que es la aniquilación total del organismo. El hombre tiene la certeza, al menos de momento, de la temporalidad de nuestro destino y de los que comparten nuestros intereses genéticos. También aquí se pueden añadir algunos casos de empatía que nos acercan emocionalmente a otros seres humanos.  Este miedo supremo, propio de la especie humana sería pues, el tercer factor que condiciona la felicidad.

Por tanto, la felicidad estará asociada a momentos de ausencia de dolor, - de ahí la importancia que le solemos dar a la salud-, de ausencia de miedo -no hay nada como la tranquilidad y la seguridad-, y de una sensación de lejanía de la muerte -aunque nunca estamos libres de ella, hay momentos donde uno cree que el tiempo no está tasado y es casi la eternidad lo que le queda por delante-.

En el ser humano, estas situaciones se dan sobre todo en edades donde el cuerpo está en su máximo esplendor, uno visita poco al médico y tiene miedo de pocas cosas y además intuye sublimes conquistas en el mundo en el que le ha tocado vivir.  Por tanto, es como si la naturaleza nos haya ofrecido sensaciones de felicidad máxima para aquellas situaciones donde el cuerpo se siente joven, sano y valiente. Y se experimentan sobre todo en las situaciones previas a las que uno espera la recompensa, es decir en la antesala de la felicidad. De ahí la frase de Punset “ la felicidad está en la sala de espera de la felicidad”.
Los organismos con reproducción sexual han sido fuertemente seleccionados para el sexo, y los que lo encuentran aburrido, no tienen muchas posibilidades de pasar el filtro de la selección natural. En el caso de los humanos, debido a las particulares condiciones en las que evolucionaron,  hizo que apareciera un fuerte sentimiento de apego por la pareja sexual, al menos durante unos años, que es el periodo que suele tardar la crianza de la prole. Este sentimiento, que denominamos amor, es el que mayor sensación de placer proporciona, y por tanto la anticipación de dicho placer, es decir, la ilusión de conquista, la lucha por la pareja para la reproducción es la que mayor sensación de júbilo proporciona, una autentica explosión hormonal que le hacen creer a uno un ser inmortal insensible al dolor y al miedo. Y lo contrario, la angustia del desamor, el miedo a la pérdida del ser amado ocasiona fuertes sentimientos de desasosiego y tristeza y una fuente inagotable de conflictos.  No hay más que revisar el arte, en cualquiera de sus manifestaciones, para darnos cuenta de cuál ha sido el motor que ha movido nuestra historia.

Tener el máximo estado de bienestar -ser feliz- es útil para el proceso de selección sexual, la eterna lucha de los hombres por las mujeres. Es en ese campo de batalla donde se han forjado la mayoría de las ilusiones por las que los humanos se han movido. Es en esta incansable lucha por conquistar fragmentos de ADN  donde se explican los deseos humanos que han construido nuestros mejores sueños. Que otra cosa es el poder, si no es la lucha por conseguir el mayor número de recursos para conseguir el mayor número de mujeres, aunque el ser humano haya sido capaz de desvincular el sexo con la reproducción- característica auténticamente exclusiva de nuestra especie-. ¿Qué es el dinero?,  Aristóteles Onassis , experto en  dinero, y en mujeres, dijo: “Si no existieran mujeres, todo el dinero del mundo dejaría de tener sentido”.
Todo esto porque los seres vivos buscamos un estado interno agradable, es decir, sentirnos  a gusto, con el cuerpo y con el mundo.  La selección natural nos ofreció para ello la ilusión de ser felices. Por lo menos durante algún tiempo.

sábado, 13 de julio de 2013

FELICIDAD (I)


“ A este mundo hemos venido a dos cosas: a ser felices y a hacer felices a los demás “.
Semejante perla podría haber salido de un  bondadoso católico convencido de que Dios nos ha puesto en el mundo con estas dos finalidades. El deber procedente del mandato divino nos indica cual es el objetivo que debemos cumplir para obrar bien y ganarnos su bendición.

Pero lo cierto es que la frase se la escuché a un convencido ateo, militante de izquierdas, que conversaba tranquilamente con un atento oyente en mitad de una acera. Era un bienintencionado progresista que continúa echando de menos su juventud  de finales de los 60 teñida de hipismo y buenas intenciones de paz y amor. También estos idealistas consideran que los humanos somos unos perfectos seres  a los que la naturaleza ha dotado de una bondad infinita y que es la cultura la que nos corrompe y nos dificulta llegar a tan generosos fines. Puede que Rousseau haya tenido parte de culpa.

Tanto el catolicismo como la izquierda más radical dan por supuesto una hipotética esencia humana que nos deja libres para que podamos elegir el futuro camino hacia un paraíso de acercamiento entre los humanos, o incluso entre todos los seres vivos. Las dos ideologías cuentan con un más o menos declarado dualismo en el que cabe un alma, que tiene poco de natural,  que viene sin mucho equipamiento de serie, es decir, somos al nacer una inocente tabla rasa que la educación va llenando de ideas más o menos acertadas.  Por tanto, es la “sociedad” la que nos impide ver nuestro sitio en el mundo y nos impide conseguir esta justicia divina o social en la que todos vivamos como camaradas, o como  hermanos. En ambos casos se nos insta a luchar por tan distinguidos ideales. Ambos casos necesitan de parecidos esfuerzos evangelizadores.
Una sencilla ojeada al mundo natural rechazaría inmediatamente esta idílica visión del reino animal. No  parece que los animales tengan una especial misión de hacer feliz a nadie, y mucho menos en el caso de depredadores. Si de humanos hablamos, la cosa no mejora mucho. No parece que la historia de la humanidad esté rebosante de ejemplos donde los seres humanos nos otorguemos nobles dosis de felicidad los unos a los otros. Más bien parece que nuestra historia está llena de ejemplos donde  las pasiones y los deseos “egoístas” de los lideres han encendido el motor de las revoluciones y han movido el destino de los pueblos.
Imaginemos estos ejemplos:
Dos socios comprensivos y solidarios que acaban de tener suerte en los negocios. Pónganles una importante suma de dinero en medio para repartir equitativamente, sobre todo si no han hecho un esfuerzo similar.
Dados dos amigos leales y eternos, pónganles una bella y tentadora mujer justo en medio.
Dos amigos ambiciosos y “generosos” representantes de la Iglesia o del Partido. Pónganles una importante cuota de poder por la que luchar.

En todos los casos actuarán motivados por su pasión más animal, sin mucho margen de libertad para la razón.  No creo que salga su bondad a relucir repartiendo felicidad y siguiendo el loable mandamiento que inicia este escrito; aunque serán perfectamente capaces de acudir al autoengaño más relajante para adornar su conciencia y creerse que en el fondo su actuación es más que correcta.
 La frase “la mayoría de los políticos actúan movidos por servir al pueblo de manera desinteresada” la pueden reservar para tertulias televisivas, pero no creo que corran buenos tiempos para defenderla; y estos años atrás las concejalías de Urbanismo y las de Asuntos Sociales no eran igual de atractivas. Aunque  nos intentaran vender que venían al mundo de la política a eso, a hacernos felices.
Cuando se habla de personas con parentesco familiar, con intereses genéticos comunes, es más frecuente encontrar conductas altruistas, y hay teorías biológicas al respecto. Sin embargo, la naturaleza humana permite tal variabilidad conductual que encontraremos excepciones para todos los gustos; pero cuando se provoca infelicidad a miembros de una misma familia siempre van acompañados de un desgarramiento de la conciencia mucho más difícil de soportar que cuando no se ven implicados padres, hijos o hermanos.
Con esto no quiero decir que el hombre sea malvado por naturaleza. Simplemente, que a este mundo no hemos venido a ser felices. Ni a procurar felicidad a los demás, como pretendía aleccionar el tranquilo transeúnte del que les hablo. Pero seguiremos con el tema.

jueves, 11 de julio de 2013

TIEMPO (II)


Un ser vivo está hecho de tiempo. Crece y se organiza a lo largo del tiempo en constante interacción con su entorno del que extrae orden, es decir, información.
La vida se instaló en este planeta cuando unas moléculas consiguieron replicarse y permanecer a lo largo del tiempo. Hacer muchas copias, no todas idénticas,  y seleccionar las que mejor funcionan, ésta es la lógica del mecanismo darwiniano que explica como la vida prosperó a lo largo de su aventura evolutiva. Así consiguieron los genes llenar el espacio y permanecer en el  tiempo. En un cierto momento, algunos seres vivos desarrollaron cerebros que permitían adaptarse mejor porque tenían memoria de lo que sucedía en un ambiente que cambia rápidamente. La información guardada en el ADN se complementa con la de la neuroquímica cerebral. Pero el cerebro, además de recordar, analiza, compara y realiza abstracciones capaces de inventar soluciones para los problemas a los que se enfrenta, y es muy útil compartir información. Así conseguimos desde hace unos diez mil años acumular información fuera de nuestros cuerpos, en forma de libros. Un cerebro pudo aprender de algo que escribió otro que murió muchos años atrás. Las canciones de amor pueden estar codificadas en forma de genes, de neuronas, o de palabras.
En la actualidad, en la llamada sociedad de la información, ésta se consigue y se comparte de forma instantánea a través de Internet. Los humanos cuelgan en la red cualquier ocurrencia de manera obsesiva para que tenga entidad más allá de su propio cuerpo. Incluso los científicos  lanzan mensajes interestelares con la esperanza de aliviar nuestra soledad cósmica.  Siempre con la finalidad de luchar contra el tiempo.
 La persistencia de la información a lo largo del tiempo es la obsesión del proceso vital.
Pero, en realidad, es el tiempo el mayor de los enigmas. Captar la esencia de lo que significa un millón de años o un solo segundo no está, aún, al alcance del ser humano.  Es el tiempo el que construye la singularidad de un cerebro. Es el tiempo el que todo lo deshace.

lunes, 8 de julio de 2013

"LA TABLA RASA" DE STEVEN PINKER

 
Steven Pinker en su imprescindible obra “La tabla rasa” combate tres dogmas que han dominado las ciencias sociales de los últimos años y que se han extendido más allá  del ámbito académico impregnando creencias éticas y políticas.
1.-“El hombre es una tabla rasa”, es decir, la mente no tiene características innatas y todo el conocimiento procede exclusivamente del aprendizaje, y por tanto de la cultura.
2.- “El buen salvaje”, hipótesis de Rousseau según la cual el hombre es bueno por naturaleza y es la sociedad la que lo corrompe.
3.-“El fantasma en la máquina”, o sea, la creencia de que existe un alma que toma decisiones sin tener en cuenta sus bases biológicas.


Pinker  rechaza la idea de que una base biológica de nuestro comportamiento suponga una amenaza contra la dignidad y los valores humanos y señala la necesidad de establecer puentes que unan la biología y la cultura. En el libro propone los siguientes:

1.- La psicología cognitiva, según la cual el mundo mental se puede asentar en el mundo físico mediante los conceptos de información, computación y retroalimentación
Según esta teoría, denominada teoría computacional de la mente es posible explicar los recuerdos, los deseos, las creencias sin invocar a ningún “fantasma en la maquina”.

2.- Las neurociencias cognitivas, nuestro mundo interior no es más que actividades fisiológicas de los tejidos cerebrales. El dualismo de Descartes no parece que goce de ningún prestigio en las neurociencias actuales.

3.- La genética conductual, que estudia la influencia de los genes en nuestra conducta. El estudio de gemelos univitelinos ha demostrado que algunas características mentales, y algunas enfermedades tradicionalmente reservadas a explicaciones ambientales tienen un componente genético importante.
La importancia de los genes en la organización del cerebro ha empezado a ser puesta de manifiesto en los últimos años y creo que continuará aumentando a medida que la genética molecular vaya creciendo.

4.- La psicología evolucionista, que pretende estudiar la historia filogenética y las funciones adaptativas de la mente. Al igual que el corazón o los ojos, la mente se desarrolló para solucionar problemas en la historia evolutiva de nuestros ancestros.
 
 
No sorprende que estas cuestiones sean objeto de numerosos y acalorados debates.