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lunes, 4 de febrero de 2013

ROBERT DE NIRO

Neoyorkino de ascendientes italianos, nació en 1943. Pasó su infancia en el barrio Little Italy de Manhattan hasta que abandonó sus estudios a los 16 años para dedicarse a la interpretación. En la década de los 60 hace algunos papeles en teatro y en el cine gracias a su amigo Brian de Palma. En 1973 su carrera dio un importante giro al conocer  a Martin Scorsese que le contrató para Malas calles. Con este mismo director rodaría posteriormente muchas de sus mejores películas,
Actor superdotado capaz de llenar de magnetismo y veracidad a personajes muy diferentes a los que estudia intensamente antes de interpretarlos. Para los amantes del compromiso en el trabajo, De Niro puede que sea  de los más grandes. Ahí tienen algunos ejemplos:  trabajo de taxista un mes para preparar su papel en Taxi driver. Engordó casi treinta kilos y aprendió a boxear para interpretar a Jakie la Motta en Toro salvaje. Estuvo cuatro meses en Sicilia aprendiendo el siciliano para su papel de don Vito en El Padrino II. Aprendió a tocar el saxofón para New york New York. Modificó su pelo y volvió a engordar para protagonizar al mafioso Al Capone en los Intocables de Eliott Ness. Se afeó los dientes y se tatuó realmente  para el peligroso psicopata de  El cabo del miedo. Utiliza la derecha en diversas actividades de los  personajes diestros que interpreta a pesar de ser zurdo.

Si a los títulos anteriores añadimos, El cazador, Erase una vez en America, Uno de los nuestros, y Casino, entenderemos que estamos ante el actor que más obras maestras ha protagonizado en las últimas décadas del siglo pasado. También se lanzó a la dirección en un notable filme sobre gangsters  Una historia del Bronx.

Lamentablemente, a partir de Casino (1995) se ha metido en algunos  proyectos olvidables, con sobreactuaciones inexplicables en comedias que no están a la altura de quien fue uno de los mejores de los últimos años del siglo XX. La única que me pareció especialmente graciosa Una terapia peligrosa (1999), donde se reía junto a Billy Cristal de muchos de los tipos duros que había interpretado anteriormente. Aunque su filmografía es abundante a lo largo de este siglo, su importancia queda lejos de lo que hizo en las décadas anteriores.

Su versatilidad y su profesionalidad hacen de Robert de Niro uno de los más importantes actores de la historia del cine, y uno de los pocos actores vivos que me recuerdan a los antiguos mitos del séptimo arte del siglo pasado que han pasado por estas páginas.

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