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sábado, 23 de febrero de 2013

GREGORY PECK

Eldred Gregory Peck nace en California en 1916 en el seno de una familia católica. A pesar de eso, sus padres se divorciaron al poco tiempo, y su infancia la pasa con su abuela, una gran aficionada al cine.

Tras trabajar en el teatro, llega al cine en 1944 con un film de Jacques Tourneur  Days of  glory;  y ese mismo año es nominado a su primer oscar por Las llaves del reino de J.M.Sthal.

Actor de presencia imponente protagonizó papeles de lo más variado a pesar de haber sido alguna vez tachado de actor limitado. Una selección de sus trabajos para el cine desmonta cualquier crítica en este sentido: Recuerda con Hicthcock,  el gran western Duelo al sol de King Vidor cuyo final se recuerda como uno de los más emotivos del cine; el magnífico western El pistolero de Henry King; los films de aventuras marítimas El hidalgo de los mares y El mundo en sus manos del maestro del género Raoul Walsh; la exitosa Vacaciones en Roma de Wyler, con la encantadora Audrey Hepburn con quien entablaría una sólida amistad; Horizontes de grandeza, de nuevo con W. Wyler;  el inolvidable papel del capitán Ahab en Moby dick de John Huston; el eficaz film de suspense El cabo del terror de J. L. Thompson.
En 1962 protagoniza Matar un ruiseñor de Robert Mulligan haciendo el papel del abogado Atticus, uno de los personajes con más categoría y elegancia moral que ha dado el cine. Por este trabajo ganó su único y merecido Óscar.
Su carrera siguió con títulos como Arabesco de Donen, o La noche de los gigantes con Mulligan.
Ya en la década de los setenta interpreta La profecía, inquietante film de terror de Richard Donner sobre satanismo, y Los niños del Brasil de F.J. Schaffner, interesante film sobre la clonación de Adolf Hitler.

 A partir de los ochenta su presencia en el cine fue cada vez más escasa y se dedicó a labores culturales y humanitarias como su amiga Audrey Hepburn. Al igual que ella, Gregory Peck intentó también en su vida tener los valores de honradez  y justicia que representaba en su personaje Atticus.
Hizo campañas contra la guerra de Vietnam.  Fue presidente de la Academia de las Artes Cinematográficas, la Sociedad Americana contra el Cáncer y el Instituto Nacional de las Artes, entre otras instituciones. En 1968, la Academia de Hollywood le concedió un premio especial por su trabajo humanitario. Al respecto dijo:"Me avergonzó que me clasificaran como humanitario", "Me limito a participar en actividades en las que creo".
Unos días antes de fallecer, en 2003, el American Film Institute confeccionó una lista con los mejores 50 héroes y villanos cinematográficos de todos los tiempos. El Atticus Finch de Gregory Peck  encabezó la lista de héroes,  por delante de Indiana Jones o James Bond

La pulcritud, la sensatez, el equilibrio que otorgó a los personajes que interpretó sin apenas mover los músculos son motivos suficientes para convertirlo en uno de los imprescindibles del cine clásico.

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