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miércoles, 10 de octubre de 2012

LAUREN BACALL


Hija de inmigrantes judíos establecidos en Nueva York, nació en 1924. Ingresó a la Academia Americana de Artes Dramáticas a los 15 años costeándose sus estudios trabajando como modelo y acomodadora en un cine. A los 17 años apareció en la portada de una prestigiosa revista de modas que fascinó a la esposa del director Howard Hawks y la recomendó para que la incluyera, con 19 años, junto al consagrado Humphrey Bogart, de 45 años, en el film Tener o no tener. El film, una de las cumbres del cine negro, la catapultó al estrellato.

El mítico actor no se separaría de esta flaca de mirada penetrante y voz sensual desde el mismo momento en que coincidieron. Al año siguiente se casaron e iniciaron uno de los romances más míticos del cine. Juntos tuvieron dos hijos y protagonizaron algunos de los mejores films negros de la década de los 40, como El sueño eterno de nuevo con Howard Hawks, La senda tenebrosa de Delmer Daves y Cayo Largo de John Huston

En la década de los 50, lejos de encasillarse en el cine negro, protagoniza el drama de temática musical  El trompetista de Michael Curtiz, junto al vehemente Kirk Douglas, las comedias Como casarse con un millonario de Jean Negulesco junto a Marilyn Monroe y Mi desconfiada esposa de Vincente Minnelli con Gregory Peck  o el  melodrama Escrito en el viento de Douglas Sirk con Rock Hudson en la plenitud de su carrera.
Su relación inquebrantable con Bogart acabó con el fallecimiento del actor, que destrozó el corazón de la joven Lauren y la mantuvo alejada de las pantallas durante varios años, aunque interpretó algunas obras en Broadway.
En 1961 se casó con el actor Jason Robards, con quien tuvo un hijo. La unión acabaría 8 años después.

Su regreso al cine se produciría junto a Henry Fonda en 1964 en la divertida "La pícara soltera" de Richard Quine. Dos años después apareció con el atractivo Paul Newman en Harper, investigador privado de Jack Smight.
Fue espaciando los trabajos, entre los que destaca su aparición en los setenta  en Asesinato en el Orient Express, adaptación de la novela de Agatha Christie hecha por Sidney Lumet; y ya en 1990 en la inquietante Misery de Rob Reiner.
Lauren Bacall es una superviviente del cine clásico que aún mantiene en su cerebro la intensidad interior que a una le otorga  la experiencia de haber vivido una historia imperecedera junto al mítico Bogart y haber protagonizado unos cuantos films negros que forman parte de la memoria más luminosa del cine.

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