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jueves, 4 de febrero de 2021

LA NATURALEZA ABORRECE LOS GRADIENTES

 

La naturaleza aborrece los gradientes. Esta es la idea fundamental del libro "La termodinámica de la vida" de Dorion Sagan y Eric D, Schneider.


Un gradiente es la diferencia de una variable a lo largo de una distancia, y puede ser de temperatura, de concentración de una sustancia, de presión, etc. La naturaleza tiende a evolucionar haciéndolos desaparecer. Esta idea permite explicar como surgen estructuras complejas que ayudan a deshacer estos gradientes. Entre estas estructuras complejas se incluyen los seres vivos. De la misma forma que un tornado se forma para borrar un gradiente de presión, la vida surge para eliminar el gradiente térmico que existe entre el Sol y el espacio exterior.
De esta forma, el tiempo tiene una única dirección, una única misión: la extinción de todo y la vuelta a la Nada.

domingo, 17 de enero de 2021

UN MES DESCONCERTANTE

Si el año pasado fue desconcertante, éste ha empezado peor. El virus lo envuelve todo y ha dejado a todo el planeta patas arriba. Angustia, desasosiego, incertidumbre. Confío en que la vacuna consiga vencer al virus, pero aún quedan unos meses muy duros, y después de controlar el complicado problema sanitario quedarán los problemas económicos, sociopolíticos y psicológicos, así que no hay muchas razones para el optimismo. De momento, voy a buscar lecturas sobre termodinámica y sobre psicología evolucionista que es donde están las claves para entender el sinsentido del universo, la vida y la conciencia. Pues eso, un mes desconcertante por muchos motivos, aunque, no diré más.



jueves, 24 de diciembre de 2020

UN AÑO DESCONCERTANTE


Un año inquietante está a punto para pasar a la historia. Un año en el que vivimos peligrosamente y que cambiará el modo de vivir de los siguientes.
Si hasta ahora, para morir, lo único suficiente era estar vivo, ahora para enfermar puede ser suficiente con salir a la calle. Si el roce traía el cariño, ahora también trae el contagio. En este año del estado de alarma vamos a resignarnos tranquilamente al cierre de espectáculos, de restaurantes, de viajes, de la noche; pero que nadie nos quite ya nuestro mundo virtual. A un niño puedes apartarlo de sus amigos pero no de sus videojuegos,y no intentes apartar a un adolescente de su teléfono móvil. Es verdad, tampoco a un adulto, ¿o es que alguien conoce a alguien que se resignara a hacer la cuarentena sin su smartphone y sin su internet?
Este año histórico ya está a punto para despedirse. El año de la pandemia, del coronavirus, del confinamiento y de la mascarilla, del teletrabajo y de las telecompras. Este año está a punto de acabar con una etiqueta más, el año sin Navidad.
En este año del desconcierto, unos días puedes cenar con diez comensales, y otros con seis, unos días te recomiendan las autoridades que no haya picoteo en la cena de Nochebuena, o que solo haya convivientes de dos núcleos familiares, otros días te explican el significado de ser "allegado" para que puedas cenar o no con él. También el delirio se instala en otros lugares, como en Italia, donde se explica tranquilamente que " quien al mediodía vaya a comer con sus abuelos no podrá ir a cenar con sus primos por la noche"
Bien, no pasa nada, pero no hay una navidad diferente, no hay navidad.
No hay navidad porque no hay cena de nochebuena con familiares, porque no hay reuniones en los bares con el ambiente prenavideño de siempre. No hay villancicos, ni comidas con los sobrinos, no hay ilusión en las compras de los días previos con las calles repletas de gente, ni tampoco conciertos navideños en la Iglesia donde puedas ir a ver cantar o tocar sus primeras notas a los más pequeños. Tampoco ha existido el último día de clase antes de Navidad, ese día que, anticipando las dos semanas de vacaciones, se respiraba un ambiente diferente en los centros, no lectivo sino festivo, donde los alumnos circulaban libremente siguiendo sus primeras lecciones hormonales, ese ambiente con una banda sonora reconocible, que este año no ha existido.
Pero, claro, habrá felicitaciones y besos virtuales por whatsapp, instagram, facebook y demás redes sociales. La vida digital se reforzará y continuará con su excelente estado de forma, dominando en todos los ámbitos de las relaciones personales. La vida presencial no será lo que era, y puede que, sencillamente, estuviera sobrevalorada. Por ahora continua presente un fuerte impulso a intercambiar ciertos flujos biólógicos,  pero siempre puede uno volver, de nuevo, al cortejo digital. Pero no es lo mismo. 
Esperemos que el próximo año sea el de una vacuna eficaz y no virtual. No les digo feliz Navidad, pero si les deseo un esperanzador año 2021.

miércoles, 11 de noviembre de 2020

10 AÑOS

 
El blog cumple 10 años. En noviembre de 2010 inicié este blog con una cita de Spinoza sobre el libre albedrío, hoy sigo pensando lo mismo. Los primeros meses publiqué muchas entradas porque ya las tenía escritas. Muchas eran sobre cine, formaban parte de un proyecto de libro, otras sobre reflexiones en torno al libre albedrío o a la naturaleza humana vista desde una perspectiva evolucionista. Muchas otras sobre vivencias o gustos culturales. Todas breves, ninguna sobre la actualidad política o social, excepto las de la primera ola de la pandemia.  En los últimos años no he sido tan prolífico, pero al menos una vez al mes acudo a estas páginas para dejar testimonio escrito de aquello que me empuja desde dentro.
 
227 entradas, 342 comentarios, son los números que aparecen hoy. El visitante curioso las puede encontrar clasificadas con el filtro de las etiquetas. Una selección de las publicadas los primeros años aparecieron en un pequeño libro titulado “Tiempo, memoria y libre albedrío”.
 
Ha pasado una década que me deja dos hijos. Pasa la vida, que diría una canción, un trozo de mi vida.
 

 


lunes, 26 de octubre de 2020

UNA NARANJA

 

Esta tarde quería escribir sobre el libre albedrío, hace mucho que no lo hago, o sobre la felicidad, o sobre Rafael Nadal, o sobre el maldito virus que continúa infectando nuestro modo de vida. Pero he tenido pereza, y tristeza, así que me he ido a hacer una visita al mar. Me he llevado unas cuantas clementinas, las de esta tierra son las mejores del mundo y en estos días de finales de octubre están en su punto óptimo de acidez y dulzor. Con la música de Keane, cualquier canción me sirve, he disfrutado de la soledad de la playa vacía, que desprendía un aroma fuerte y puro. Por un momento, me he olvidado del virus y del incierto y extraño mundo que está dejando y me he concentrado en mi mundo interior. Las naranjas olían como hace 40 años, y la de la foto tenia un sabor que rozaba la perfección. Es lo que hay.



martes, 22 de septiembre de 2020

ÚLTIMA TARDE

Última tarde del verano. Últimas imágenes de algunos de los paisajes recorridos este verano largo, extraño, con muchas horas pasadas junto al mar, donde las mascarillas no cubrían la sonrisa de los niños. Último paseo de este verano que viví, y que ya lo tengo en mi memoria.

Un otoño lleno de incertidumbre está aquí. El indetectable virus y el desconcierto como protagonistas de nuestra vida cotidiana. Confío en que el conocimiento logre frenar a este insólito enemigo que está tambaleando nuestro modo de vida. Pero, ya veremos...




martes, 8 de septiembre de 2020

A PROPÓSITO DE WOODY ALLEN


Una de las lecturas más interesantes del verano ha sido la autobiografía de Woody Allen, cuyo título “A propósito de nada”, bien podría haber sido el título de este blog de habérseme ocurrido hace 10 años. 

Al igual que su cine, el libro es ligero pero profundo, divertido pero pesimista, y aunque yo suprimiría muchos pasajes de sus inicios como escritor de chistes para humoristas que en Europa son desconocidos, la parte sustancial de su problema con Mia Farrow es interesante y convincente. 

Sus relaciones con las mujeres y con el cine, sus obsesiones y sus fobias, sus gustos musicales y teatrales, todo su mundo aparece adornado con su inconfundible sentido del humor (quiere que sus cenizas sean guardadas cerca de una farmacia). 

No quiero extenderme más, simplemente recomendar estas extraordinarias memorias de uno de los principales referentes de la cultura de nuestro tiempo que en su vida personal se ha visto envuelto en una tragedia que supera cualquiera de sus ficciones.

También quiero decir que yo sí le creo.